Indicio Esmeralda

Economía Circular: el sello del Siglo XXI, por Jarumy Méndez

“2020 será recordado como el primer año del siglo XXI;

el año en que la nueva economía reemplazó a la vieja economía”.

 Peter Thiel

La semana pasada en esta columna se mencionaban los planes económicos que la Unión Europea y Estados Unidos han lanzado como respuesta a la crisis económica que el mundo enfrentará post-covid, la cual será la peor de los últimos cien años. El Green New Deal o Pacto Verde contiene una serie de medidas para transitar hacia una economía circular, pues la crisis del Covid-19 aceleró la transformación de la economía como la conocemos para dejar atrás el modelo lineal.

Esta pandemia no solo ha demostrado la importancia de las empresas digitales, sino que también evidenció la fragilidad en la cadena de producción, suministro y distribución global, y el riesgo de no contar con capacidad productiva local, principalmente de productos estratégicos para el funcionamiento de la economía nacional de varios países. Esto abre una nueva ventana de oportunidad para emprendimientos basados en la denominada industria 4.0 y economía circular.

Si añadimos a la pandemia la situación alarmante que viven las ciudades desde hace tiempo por el mal manejo de los residuos sólidos, es urgente entender qué propone la economía circular.

Debemos dimensionar que el modelo económico que prevalece en el mundo es lineal y consiste en el consumo constante de bienes y servicios de vida útil de corto plazo, basándose en el esquema de extracción, producción, consumo y disposición final. Esto lo hace insostenible en todos los puntos de la cadena, desde que se produce hasta que se deja de usar. Gracias a este modelo somos una sociedad diseñada para usar y desechar, la aparición de productos para simplificar la vida del ser humano trajo consigo el costo elevado de convertirnos en una sociedad que consume más de lo que el mundo puede producir sin agotar los recursos naturales. De seguir con este nivel de consumo necesitaríamos 1.8 planetas para sostenerlo.

Durante muchos años la interrogante era ¿De quién es la culpa, del productor o del consumidor?. Diversos países y estados de la república dieron respuesta a esta pregunta, enfocándose en la prohibición de la comercialización y distribución de bolsas plásticas, unicel, popotes y embalajes plásticos de un solo uso. Lo que ha causado descontento en el sector empresarial y una débil respuesta positiva por parte de la ciudadanía.



Economía circular

Después apareció la economía circular que en un primer momento se entendió como el esquema de las tres erres: reducir, reusar y reciclar. Pero la pregunta seguía siendo ¿Es suficiente?.

La respuesta es no, por ello, la actual propuesta de economía circular para el mundo es una propuesta que busca  acercarnos nuevamente a la forma en que funciona la naturaleza, donde no exista la basura, que a partir del flujo de energía y el reciclado de materia a través de los diversos ecosistemas de nuestro planeta, entonces las materias primas se convierten en seres vivos o en compuestos que posteriormente se transformarán. Forbes define economía circular como “modo de producción del futuro, a fin de lograr que cada producto tenga múltiples ciclos de uso, es decir, que alimente el comienzo de otros”.

Esto requiere repensar toda la cadena de producción desde el ecodiseño de productos, teniendo en cuenta procesos de fabricación y uso de sus materiales, con el objetivo de que consuman poca energía y no se generen desechos. La economía circular va más allá de las tres erres, se traduce en disminución del uso de los recursos naturales, en la reducción de la producción de residuos y limitación del consumo de energía. Con ello la economía circular contribuye a la creación de riqueza y empleo en la sociedad y abre la perspectiva a un crecimiento sostenible, duradero y que respeta el medio ambiente.

Transitar hacia la economía circular puede reducir el 45% de las emisiones globales y desbloquear una oportunidad económica de hasta 4,5 trillones de dólares al 2030. Al mismo tiempo, tecnologías como Internet of Things (IoT), Robótica, Inteligencia Artificial (AI), 5G, Edge Computing, Big Data, Machine Learning e Impresión 3D ya están ayudando a generar aumentos netos de productividad y nuevos puestos de trabajo que no existían hace unos pocos años.

Esta tendencia mundial, ha lanzado a los gobiernos de los países el reto de ajustar sus políticas hacia la descarbonización económica, pero también al sector industrial y empresarial el reto de innovar y modificar sus modelos de producción bajo un esquema de economía circular. Como consumidores nos muestra el deber de priorizar el consumo responsable y preferir productos y empresas que estén apostando por este esquema. La economía circular es el sello del siglo XXI.